Hoy me gustaría hablarles de un trastorno muy frecuente
entre la población infantil, el Trastorno de Ansiedad de Separación (TSA). Se
define por la existencia de ansiedad excesiva relacionada con la separación del
hogar o de las personas ligadas afectivamente al niño o adolescente. Para que
pueda establecerse el diagnóstico de TSA, se debe cumplir una serie de
condiciones:
1.
La ansiedad debe ser excesiva e inapropiada a la
que cabría esperar para el nivel de desarrollo del niño.
2. Debe haber estado presente durante un período de
al menos 4 semanas de forma continuada.
3. Debe causar elevado malestar psicológico o
deterioro significativo en el área social, académica u otras áreas de
funcionamiento del niño o adolescente.
Respecto a los síntomas más característicos hablamos de:
1. Malestar tras la ocurrencia o anticipación de
separación del hogar o de las figuras afectivas.
2. Preocupación por perder o porque le ocurra algo
a las figuras afectivas.
3. Preocupación porque alguna desgracia le separe
de las figuras afectivas ( ser raptado, perderse..).
4. Resistencia o rechazo a ir al colegio o a otro
lugar por miedo a la separación del hogar o figuras de referencia.
5. Miedo o resistencia a estar en el hogar solo o
sin las figuras afectivas.
6. Resistencia o rechazo a irse a dormir si no es
cerca de una figura afectiva, o a irse a dormir fuera del hogar.
7. Pesadillas sobre el tema de la separación ( de
su hogar o figuras afectivas)
8. Quejas físicas frecuentes, como pueden ser dolor
de cabeza, estómago náuseas o vómitos, todo ello asociado a la separación.
Los niños suelen desarrollar este trastorno en mayor o menor
media y por diferentes causas. La
separación de los padres puede ser una de ellas, de hecho es una de las más
frecuentes.
Cuando el menor manifieste un comportamiento con los
síntomas descritos anteriormente y bajo las condiciones mencionadas, los padres
han de ocuparse de su abordaje ( muchos padres minimizan el problema e incluso
llegan a castigar al niño por su conducta) para lo que sería ideal la colaboración igualitaria de ambos,
ya que facilitaría la intervención familiar desde una misma perspectiva, y la
aplicación consensuada de una serie de pautas y/o normas con respecto al niño y
el problema que presenta.
Dependiendo de la gravedad de los síntomas, características del
niño y de sus figuras de referencia, este trastorno suele mejorar
paulatinamente y remitir en un período que oscila desde los 6 meses a 1 año. En
el caso de que no se produjera mejoría, o incluso un empeoramiento de los
síntomas, sería necesaria la valoración e intervención psicológica.
Rosa Mª Durán López
Psicología P-00633
Muchas gracias por compartir, he creado un blog con la misma temática y he ampliado un poco el tema del (TSA)http://custodiacompartidaa.blogspot.com.es/2013/09/trastorno-de-ansiedad-por-separacion.html
ResponderEliminarUn saludo